Cuando algo cambia, tardamos en asimilarlo y en acostumbrarnos a ello. Eso es exactamente lo que me pasa a mi.
Cuando decidimos que las cosas tienen que cambiar es porque debe ser así, y porque de ese modo podremos ser más felices. No seremos felices exactamente en el mismo momento en el que todo pasa, sino a la larga y mientras el tiempo transcurra.
Algo cambia cuando pasa de estar bien a, poco a poco, estar mal sin ninguna explicación. Nos sentimos frustrados por no poder hacer nada, o por intentar hacer algo sin que funcione. Para mi, el cambio es como una tormenta y creo que se pueden hacer dos cosas con ella. Una es salir de esa tormenta cuanto antes, y la otra posibilidad es quedarse en ella y esperar a que pase, juntos y unidos.
Yo he decidido salir de ella, lo siento.