martes, 3 de marzo de 2015

Algo como el mar

A veces recuerdo los momentos más difíciles de todo esto, y me hundo. Después de llegar al fondo, intento alcanzar la superficie, pero cuesta; cuesta mucho sin ti.
Todo se vuelve a repetir al día siguiente; es un círculo que no se detiene. Caigo de nuevo y me vuelvo a levantar. ¿No es eso lo que se supone que te hace fuerte? Pues creo que a mi me hace débil, porque me vuelvo frágil por unos minutos, incluso por horas.
Con el tiempo el círculo dura menos, pero es intenso, doloroso.
Como todo, también hay días en los que no existe, no hay fondo ni superficie; sólo estás tú. He llegado a la conclusión de que eres mi salvavidas en estos momentos, mi luz en la superficie tras salir del fondo.




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